· Gracias
a la implementación del sistema de riego Páramo de Mainas - Guagalá se
potencializa el cultivo de tomate de árbol, tomate riñón, papas, arveja,
maíz, granadilla, cítricos, aguacate, taxo y uvilla.
IBARRA.-
La emoción de los habitantes de la comunidad Guagalá, ubicada en la
parroquia Chugá, cantón Pimampiro, se desbordó hasta el punto de llegar a
las lágrimas. No era para menos, después de 14 años de trabajo y
esfuerzo se hizo realidad la construcción de la infraestructura del
sistema de conducción del Proyecto de Riego Páramo de Mainas – Guagalá,
que cubre 50 hectáreas de tierras.
La
Prefectura de Imbabura logró este propósito, mediante una inversión de
126.288 dólares. Pero, lo más importante en esta tarea fue la
participación activa de los pobladores, pues ellos organizaron grupos de
trabajo permanentes para apoyar a los constructores en la instalación
de los 7 kilómetros de tubería en dos tramos para conducir por este
medio el agua desde la vertiente del páramo hasta la parte baja en donde
se encuentran los terrenos.
DURO TRABAJO
Danilo
Benavidez, presidente del cabildo de Guagalá, con notable satisfacción,
dijo que lo imposible se hizo realidad. Recordó que fueron años duros
los que tuvieron que soportar los campesinos, desde que se propusieron
traer el líquido vital hasta sus cultivos. “Organizamos mingas para
trazar el camino por donde llevar la tubería. Hombres y mujeres
trabajamos en medio de la lluvia, enterrados en el lodo, con la
esperanza de avanzar con este proyecto”.
Gracias
a la administración actual de la Prefectura se ha logrado consolidar lo
que antes era solo una aspiración, sostuvo el dirigente, en un sentido
discurso que despertó la alegría de sus vecinos. Hoy, dijo, tenemos agua
suficiente para regar nuestros terrenos, para hacerlos producir mejor y
así garantizar ingresos económicos justos.
Albina
Obando, otra de las mujeres de la localidad, también agradeció por la
ayuda recibida del organismo provincial. Sin embargo, manifestó que la
lucha de las 150 familias residentes aquí no es quedarse solamente con
esta obra. “Aspiramos contar con una red secundaria que nos permita
emprender proyectos agroecológicos atrayentes para los turistas”.
GRAN BENEFICIO
En
el acto de inauguración, el prefecto Pablo Jurado afirmó que este
proyecto es un ejemplo de esfuerzo conjunto, en el cual se ha demostrado
que lo imposible se puede hacer realidad con mucha voluntad. “La
inversión económica no es importante. En este caso, lo trascendente es
que se ha hecho posible una obra que beneficia a toda una comunidad
campesina dedicada exclusivamente a hacer producir alimentos en sus
tierras para abastecer los mercados”.
Recalcó
que hay mucho por hacer todavía en estos pueblos olvidados, pero no
dejó de reconocer que cuando hay interés y la participación de los
beneficiarios en los proyectos que son para su propio bien es más fácil
canalizar la inversión y los resultados son más efectivos. “En esta comunidad se puso empeño en una meta y se la consiguió gracias al trabajo de todos”.