El pasado domingo, las campanas de “La Catedral” repicaban para anunciar el
inicio de la tradicional misa dominical. Cuando concluyó, el parque
“Pedro Moncayo” lucía diferente, en el centro estaba ubicada la Banda
Municipal para retomar la recordada retreta, a través del desarrollo del
proyecto “Ibarra vive la retreta”. Decenas de personas ocuparon
las verdes bancas, ubicadas bajo la sombra de los añejos árboles que
habitan en el parque central de Ibarra.
Empezó el show, la Banda
Municipal dirigida por el maestro Édgar Hidrobo, abrió su amplio
repertorio de melodías como: Sangre ecuatoriana, Colombia, Los ojos de
mi cholita, Romance de mi destino, Moliendo café, Caballo viejo, Aunque
me cueste la vida, Pobre longuita, Nuestra pobreza, Chimbacalle, El
Pilahuin, El Aguajal, Reina y Señora, Linda ibarreñita; mientras tanto,
los asistentes evocaban recuerdos y revivían épocas de su juventud, de
cuando los vecinos se conocían y se encontraban en el parque después de
misa para conversar, conocer a otras personas, en fin, las cosas que una
ciudad pequeña y amable les permitía, sin miedo ni recelo.
LA RETRETA, FUENTE DE INSPIRACIÓN
Don
Jorge Rueda de 72 años, se trasladó a su época de juventud, cuando el
complemento de la retreta era un reconocido personaje Ramiro Amaya. “Él
bailaba al ritmo de la banda, comenta don Jorge. Paso dobles,
sanjuanitos, pasacalles, música nacional eran los ritmos que nos
permitían disfrutar de un ambiente agradable, en el que hasta nos
enamoramos”, comentó.
Doña Fanny Aguirre, también relata sus
vivencias. “Ibarra era una ciudad pequeña en la que todos nos
conocíamos, había el ceibo en el parque, ahí empezaron las jorgas de los
tradicionales inocentes. Que alegría saber que la alcaldía quiere
revivir las tradiciones que le caracterizaban a Ibarra y así recuperan
los espacios públicos que quedaron olvidados por el cambio de
actividades que exige la modernidad”, dice doña Fanny.
Hugo
Acosta por su parte, felicitó a la administración municipal por retomar
algo tradicional como la retreta dominical. Era un rito especial,
compartíamos momentos alegres entre familiares y amigos, salir de la
matiné del teatro Gran Colombia era espectacular porque nos quedábamos
en el parque en la retreta. Son actividades que pueden ser recuperadas y
que
gracias a la municipalidad a través de la dirección de Cultura se puede rescatar como un patrimonio histórico de la ciudad.
Mientras
las historias y los recuerdos fluyen, en el parque el viento hace de
las suyas y exige que las hojas de los árboles formen una alfombra verde
- amarilla sobre los adoquines de colores. Las palomas vuelan
uniformemente desde las copas de los árboles hacia el techo de “La
Catedral”, y es entonces cuando don Jacinto Posso cuenta que se inició a
sus 17 años, como fotógrafo de manga y que permanece en el tiempo con
una tradición que también se resiste a desaparecer, nos narra su
testimonio. “La retreta alegra el parque con su música, antes no había
el monumento de Pedro Moncayo y los músicos solo interpretaban
instrumentos de viento”, dice este artista de imagen que se ha
convertido en un fiel testigo de miles de historias que contar.
EN LAS PARROQUIAS
Ibarra
empieza a dinamizar sus encuentros culturales, la retreta se trasladó
por primera vez a las parroquias, Caranqui fue la número uno en la
lista.
Fausto Ayala, visitante del sector, al igual que
centenares de personas, llegó con su familia a disfrutar de los helados
de crema y pan de leche y destacó la presencia de la Banda Municipal.
“Es una iniciativa muy acertada”, dijo, al tiempo de aplaudir las
interpretaciones musicales que alegraron el parque central de este
populoso lugar, durante sesenta cortos minutos.