Este sábado se juega la novena fecha del Campeonato de futbol sub 12 en el estadio de Liga Barrial Antonio Ante.
" Hay que educar desde la más tierna infancia para la convivencia.
Más allá de un resultado deportivo.
Queremos lograr futuros hombres de bien.
Un niño que gana el deporte es un hombre que pierde el vicio."
Más allá de un resultado deportivo.
Queremos lograr futuros hombres de bien.
Un niño que gana el deporte es un hombre que pierde el vicio."
SUB 12
PROGRAMACIÓN
NOVENA FECHA
ESTADIO
LIGA ANTONIO ANTE – JUAN YÉPEZ
HORA
|
EQUIPO
|
VS
|
EQUIPO
|
10H00
|
OTAVALO
|
VS
|
SANTA MARTHA
|
13H00
|
LA ESPERANZA
|
VS
|
LA D. DEL PRIORATO
|
11H30
|
ALPACHACA
|
VS
|
ANDRADE MARÍN
|
14H30
|
ANTONIO ANTE
|
VS
|
SAN ANTONIO
|
NO SE JUEGA
|
SAN PABLO
|
VS
|
MARIANO ACOSTA
|
RESULTADOS DE LA
SÉPTIMA FECHA SUB 12
|
||||
MARC
|
EQUIPO
|
EQUIPO
|
MARC
|
|
2
|
LA
ESPERANZA
|
VS
|
SAN
ANTONIO
|
2
|
1
|
ANDRADE
MARÍN
|
VS
|
SAN
PABLO
|
4
|
0
|
SANTA
MARTHA
|
VS
|
ALPACHACA
|
18
|
0
|
ANTONIO
ANTE
|
VS
|
OTAVALO
|
5
|
2
|
EL
PRIORATO
|
VS
|
MARIANO
ACOSTA
|
0
|
TABLA DE POSICIONES
N°
|
EQUIPOS
|
PJ
|
PG
|
PE
|
PP
|
GF
|
GC
|
PTOS.
|
GD
|
1
|
ALPACHACA
|
8
|
7
|
1
|
0
|
56
|
5
|
22
|
51
|
2
|
OTAVALO
|
8
|
5
|
2
|
1
|
50
|
8
|
17
|
42
|
3
|
LA EZPERANZA
|
8
|
5
|
2
|
1
|
41
|
15
|
17
|
26
|
4
|
SAN ANTONIO
|
8
|
4
|
3
|
1
|
32
|
14
|
15
|
18
|
5
|
ANTONIO ANTE
|
8
|
4
|
1
|
3
|
54
|
18
|
13
|
36
|
6
|
PRIORATO
|
8
|
4
|
0
|
4
|
29
|
25
|
12
|
4
|
7
|
SAN PABLO DEL LAGO
|
8
|
2
|
1
|
5
|
19
|
38
|
7
|
-19
|
8
|
ANDRADE MARIN
|
8
|
2
|
0
|
6
|
11
|
55
|
6
|
-44
|
9
|
SANTA MARTHA
|
8
|
2
|
0
|
6
|
6
|
71
|
6
|
-65
|
10
|
MARIANO ACOSTA
|
8
|
0
|
0
|
8
|
3
|
49
|
0
|
-46
|
Fútbol infantil: ¿el sueño del niño?
La
frase que encabeza éste artículo fue extraída del reverso de una
entrada de fútbol infantil de un club barrial. El mismo club barrial
donde (como en tantos otros) se puede escuchar de boca de algunos
padres, dirigido a sus hijos, frases tales como: "¡¡¡¡que no te
pase!!!!", "¡¡agarralo!!" "¡¡¡¡¡reventálo!!!!!", "¡¡¡¡bajálo!!!!", y
algunas otras que por vergüenza ajena prefiero no reproducir.
En cualquiera de estas instituciones se
pueden ver niños de 5 años en adelante (a veces más pequeños todavía)
intentando jugar al fútbol, en vez de jugar a la pelota.
Es difícil encontrar a alguien que no esté de
acuerdo con el hecho que los niños jueguen a la pelota, entendiendo
esta actividad, como un juego más espontáneo que dirigido, donde el
adulto debería proponer, más que decidir, o sugerir, más que dirigir.
En cambio al hablar de jugar al fútbol,
aparecen términos cómo táctica, estrategia, orden defensivo, relevos,
posiciones, etc.
El juego es un tipo especial de actividad que
tiene gran importancia instructiva en la vida del niño. En los juegos
las personas reproducen la realidad circundante y además muestran cierta
actitud ante ella, promueven deseos, sentimientos de amistad,
cooperación y ayuda mutua. El juego es una actividad que permite al niño
expresar con plena libertad, sus impulsos, sus gustos, sus aptitudes,
su personalidad. La práctica deportiva tiene una función vital
importantísima; prepara, ejercita, entrena al niño y al adolescente para
las exigencias de la vida adulta. El juego permite la liberación
emocional, y da lugar a la derivación de las tensiones emocionales, de
manera inconciente, la alegría, el amor, el odio, el temor, el fastidio,
los celos, la ira y las diversas formas de sentimientos, se traducen
provechosamente por medio del juego.
"Los niños asociados a un club consagran gran
parte de su tiempo libre al deporte; cabe estimar en cinco horas
semanales, por lo menos, la duración media de los entrenamientos y las
competiciones. Por añadidura, esa duración queda decuplicada por una
serie de prácticas derivadas; discusiones en el patio de recreo,
sociodrama familiar a raíz y con motivo de la última intervención del
niño, encuentro con amigos en el seno del club, lectura de obras
especializadas, etc. Así, la participación en las actividades de alguna
asociación deportiva cristaliza un repertorio de prácticas, familiares o
sociales, que explica la posición primordial ocupada por el deporte en
la jerarquía de los valores y gustos de los jóvenes. "1 "El
juego es una actividad para uno mismo y no para los demás y por eso es
un medio excelente para poder explorar y poder llegar al aprendizaje en
el cual somos nosotros quienes nos transformamos para adaptarnos mejor a
la estructura de este mundo externo."2
"Hay que tratar al niño como un existente
que se está construyendo, evitando que el grado de competitividad sea
tan alto que llegue a ahogar el carácter libre y espontáneo del niño."3
Sería aconsejable que los niños, alrededor de
los 5 o 6 años, comiencen con iniciación deportiva, entendiéndolo como
un proceso genérico a través del cual se procura estimular al niño y
proporcionarle las bases que permitan en ese momento y con posterioridad
situarse en las mejores condiciones para cualquier aprendizaje, dejando
para etapas posteriores la eficacia concreta en algún deporte en
particular y su posible orientación hacia la competición.4
La actividad esencial de la iniciación
deportiva es el juego, pero nos referimos al juego espontáneo, donde hay
ausencia de finalidad, y se realiza por iniciativa propia.
En la iniciación deportiva, el niño es
llevado por distintos deportes grupales e individuales, que le permite
aprender la más amplia variedad de gestos deportivos, mientras que
paralelamente avanza en su socialización.
Alrededor de los 10/11 años el niño podría
elegir un deporte grupal y otro individual, basándose en sus gustos,
facilidades, o talento personal, y no en la decisión de los padres.
Para que el niño atraviese en forma
placentera y educativa a la vez, la iniciación deportiva, el deporte
debería estar al servicio del niño, y no el niño al servicio del
deporte, es decir que los elementos (pelotas, raquetas, dimensiones del
campo, altura de aros, etc.) deberían ser acordes al desarrollo
psicomotriz de los niños, para que exista la posibilidad de aprendizaje.
Los niños según sea su edad madurativa poseen un umbral de aprendizaje.
Si la estimulación apunta hacia abajo, lo más probable es que no haya
aprendizaje, y aparezca el aburrimiento, y por transición la
desadaptación del niño. En cambio si la estimulación es hacia arriba del
umbral, lo más probable es que haya un aprendizaje negativo, que puede
acarrear, el desinterés o un descenso de la motivación, y tal vez el
abandono temprano de la práctica deportiva.
Lo ideal sería que un niño, hasta
aproximadamente los 10/11 años, juegue, por el placer de jugar, sin
hacer hincapié en la competencia, ya que aproximadamente a esa edad hay
un aumento de la coordinación dinámica general, aumento de la
coordinación óculo - manual, y un mayor ajuste perceptivo interno y
externo.
Recién entonces un niño puede comenzar a
incorporar lentamente conceptos tácticos, ya que hasta aquí pudo
realizar los pedidos de sus mayores, no porque los haya comprendido,
sino por obediencia.
Partiendo de la premisa de que las máximas
autoridades de un niño, son sus padres, y sabiendo que un entrenador le
dice a un niño que mientras dure la competencia, le haga caso a él, y no
a sus progenitores, dicho entrenador pasa a ocupar temporariamente la
categoría de semidiós, con lo cual su palabra tiene un peso incalculable
para dicho niño, proviniendo de ahí su obediencia.
Después de los 10/11 años un niño debería
comenzar con especialización deportiva, entendiéndolo como un proceso de
desarrollo y entrenamiento de las capacidades técnico - tácticas,
orgánico - funcionales, y neuromusculares con el fin de obtener un
rendimiento óptimo o máximo, esto implica competencia regular,
jerarquías, categorías, reglamentos, etc.
Es sabido que de todos los niños que
comienzan a jugar al fútbol, no más del 3 o 4 % llega a desarrollarse
como futbolista profesional, es decir que un 96 o 97 % queda en el
camino; y sin embargo el sistema apunta a la minoría, sumado a que "
como son chicos", quienes se ocupan de su formación generalmente son
padres futboleros, que en algunos casos es posible que sepan de fútbol,
pero habría que ver si también saben como tratar a un niño, y que es lo
mejor que se puede hacer con, por y para ellos.
Cuando los niños dejan el club de barrio, y
tienen la posibilidad de llegar a una institución futbolística
tradicional, generalmente quedan a cargo de un ex jugador de fútbol
profesional (que a veces ni siquiera ha completado el curso de director
técnico habilitante), muchas veces, una gloria de dicha institución,
que debido a su experiencia como jugador podrá transmitirle a esos
niños, vivencias y situaciones atravesadas en su época de futbolista,
pero ¿están en su mayoría capacitados para conducir niños en formación
que además de conocimientos futbolísticos, necesitan ser respetados en
sus tiempos de maduración y crecimiento?
A modo de ejemplo, contaré un hecho que le toco atravesar a mi hijo hace aproximadamente 2 años, cuando tenía 10.
Entre otras cosas que heredó de mí, recibió
la pasión por el fútbol, por eso me solicitó que lo llevara a una
escuelita de fútbol; lo primero que hice fue averiguar si el profesor
estaba habilitado para dicha tarea, y me contestaron que era un ex
jugador y técnico recibido.
Por razones laborales, no pude ir la primera
vez, pero esa noche le pregunté a mi hijo como lo había pasado, si se
había divertido, y que actividades realizaron, y comenzó a contarme, que
el profesor los reunió a todos los chicos en el centro de la cancha, y
preguntó quién quería ir al arco, entonces dos niños levantaron la mano,
y les dijo que se pusieran a un costado, porque iban a ir un rato cada
uno. A los demás niños, les dijo que cada uno en forma alternada iba a
patear diez tiros al arco, y que el que convertía los diez tiros, no iba
a correr ninguna vuelta alrededor de la cancha, el que convertía nueve,
corría una vuelta, el que convertía ocho, daba dos vueltas, y así
sucesivamente.
Asistí azorado, y en silencio al relato de mi
hijo, y a la clase siguiente concurrí para poder comprobar
personalmente lo que me relataba mi hijo, y efectivamente se repitió el
inicio de la actividad, tal cual me había sido relatado.
Esperé que finalizara la clase, y me presenté
al profesor, cómo el papá de uno de los niños, y le pregunté, cuál era
el fundamento de la actividad de inicio, que era lo que buscaba, y me
contestó que lo hacía para motivar a los chicos.
Me parece que si los chicos cuando están en
proceso de formación, reciben un mensaje de su profesor, que dice que
correr es para aquellos que no saben pegarle bien a la pelota, y los que
patean bien, no tienen que correr, tal concepto se va internalizando en
forma errónea.
Hay que entender que para los niños su
profesor es una especie de semidiós, ya que si para un niño no hay
mayor autoridad que sus padres, y el profesor le dice a ese niño que
mientras dura la clase o la competencia, no le haga caso a los padres,
dicho profesor pasa a tener temporariamente un poder superior, que lo
torna especialmente peligroso, cuando el mensaje no es formativo.
Por motivos cómo estos, y debido a que por
suerte desde hace 5 años soy docente de diferentes escuelas de técnicos
es que me permití humildemente sugerir a la Asociación de Técnicos del
Fútbol Argentino (ATFA), que a los alumnos que en la actualidad, al
terminar su primer año de estudios reciben un título que los habilita
para trabajar con niños y adolescentes, reciban un formación superior, o
que dicha habilitación sea otorgada al concluir el segundo año de
estudios, ya que me parece, que hay que estar tan capacitado para trabajar con niños y adolescentes como para trabajar con adultos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Dinos que quieres conocer?