martes, 11 de octubre de 2011

Los relojes de Ibarra

COMUNICACION INTEGRAL Y CIUDADANIA

Los relojes de Ibarra

Los relojes marcan el tiempo y el ritmo de las sociedades. A lo largo de la historia del hombre, este ha ido de a poco dependiendo del tiempo para desarrollar  sus actividades, aparecieron en el siglo XVIII y aún siguen marcando el paso de nuestras vidas.
En Ibarra, en las plazas y parques se ubicaron a inicios del siglo XX y si nos pudieran contar las historias de la ciudad sería maravilloso…..


 El reloj del Torreón: parte importante de la historia de Ibarra, hace parte de la antigua edificación del Colegio nacional “Teodoro Gómez de la Torre”, un icono patrimonial que marca el tiempo para los ibarreños que desarrollan sus actividades en el centro histórico y que acuden diariamente a las dependencias del estado.  Enclavado en el sector sur del parque “Pedro Moncayo” señala el paso de las horas para los ibarreños y quienes visitan la “Ciudad Blanca”.

Luego del cataclismo de 1868, la reconstrucción de Ibarra trajo nuevos aires a sus edificaciones con arquerías, torres, portales, parques y jardines, en el año 1900  siendo el Dr. Juan José Pérez, alcalde de Ibarra concreto  proyectos como un teatro, la torre del reloj, la casa de gobierno entre otros.
Para el efecto se hicieron contribuciones como la del canónigo Vicente Chávez que aporto con 400 sucres para el proyecto del reloj público en el parque principal.
El reloj es de origen alemán y el 24 de mayo de 1904 se inauguraba, sobre una edificación que en principio, se había propuesto como un teatro, fue un día de fiesta.
El  Jaime Loza, empleado del municipio de Ibarra, es quien desde hace 10 años hace el mantenimiento del mecanismo que funciona con energía eléctrica pero cuenta con una serie de piñones que necesitan ser aceitados y engrasados. Ese ritual lo cumple 2 veces al mes, los días miércoles o cuando no hay energía eléctrica
 
El reloj de la Basílica: dispuesto en lo más alto de las dos cúpulas dominantes ,sus esferas se ubican en sus 4 lados, curiosamente se ubican sin señalar precisamente el norte en su orientación; y se enmarcan  en un sector muy tradicional de la ciudad , su enclave es el parque “Vicente Ponce” ha soportado el embate del tiempo y estuvo a punto de caer en el movimiento telúrico de marzo de 1987sin embargo resistió y sigue marcando el ritmo de la ciudad acompañado de melodías muy ricas en sinfonía y armonía para los oídos.
Funciona con energía eléctrica y está provisto de baterías para mantener activo a los relojes.

 
El reloj de del Colegio Nacional “Ibarra”: ubicado en la parte frontal del edificio del Colegio Nacional “Ibarra”, a este, miraban las alumnas presurosas que llegan algo atrasadas, mientras se despedían de sus novios en la esquina próxima, marcó el paso atrasado de algunas profesoras a las que  no les alcanzó el tiempo para delinear el rímel de sus ojos y el carmín de sus labios.
Este reloj comenzó a funcionar al igual que con la fundación de la institución el 24 de julio de 1963. Para funcionar requiere de energía eléctrica y desde hace unos 10 años dejó de marcar el paso del tiempo, pues los repuestos requeridos no existen en el mercado, el proveedor ya no opera en el país.

 
El reloj electrónico de la Avenida Mariano Acosta, ubicado en  el parque “Leonidas Proaño” o más conocido “de las focas”.
Marca y referencia el paso del tiempo en esta zona de alto tráfico vehicular, ubicado en cercanías de los mercados, informa también de la temperatura del momento en la ciudad.
Más de un peatón desprevido o un conductor despreocupado, pasan por alto la existencia de este artilugio.

 
El reloj del Terminal terrestre: es el más nuevo en la ciudad, se levanta majestuoso en la parte alta de la torre que domina a este lugar muy transitado, pues allí llegan y salen los vehículos de transporte interprovincial, algunos despistados aun preguntan a quien se cruza en el camino la hora sin percatarse de la existencia de estos marcadores del tiempo, vivimos demasiado rápido que no nos detenemos a mirar el paso del tiempo porque la vida sencillamente continua…
Hace 5 años, luego de la inauguración del TT, se implementó el reloj en la torre, funciona con energía eléctrica y desde la administración se hace el mantenimiento permanente y debe ser igualado todos los días, pues en las noches al apagarse las luces del terminal, el reloj deja de funcionar.

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