La experiencia,me ha llevado por los caminos del aprendizaje permanente en el deporte. Primero como aficionado,cuando escuchaba las transmisiones del ciclismo y miraba las competencias pedestres en Ibarra y luego ,al iniciar los entrenamientos en mi bicicleta en las carreteras del Ecuador y de Sudamerica y los velódromos cuando incursione en el ciclismo de pista y posteriormente como entrenador de ciclistas y con los niños en el Bicicross.
Ahora, en el periodismo deportivo,he podido concluír en varias reflexiones.
Los deportistas no son buenos o malos únicamente por los resultados obtenidos en la competición, sino también por el modo de comportarse en ella.
Todos nos hemos preguntado alguna vez ¿qué significa ser buen deportista? ¿Cómo se comporta un campeón? ¿Qué cualidades debe tener? Cualquier persona que practique un deporte puede considerarse buen deportista si actúa como tal, independientemente de ganar o perder.
El buen deportista siempre es un campeón, sea campeón del Mundo, de España, de su barrio o de su portal. El mal deportista, por muchos títulos que gane, nunca será un campeón. Os presentamos una propuesta para que nos ayude a reflexionar sobre nuestro modo de actuar, el decálogo del buen deportista.
1. Los buenos deportistas tienen capacidad de superación, son exigentes consigo mismos y les gusta hacer las cosas bien dentro y fuera de la pista. No se conforman con hacer las cosas regular, les gusta mejorar en el deporte, en los estudios, en la relación con sus padres,...
2. Tienen sacrificio y constancia, no se rinden ante los problemas y siguen comprometidos con su deporte y sus compañeros, luchando por mejorar. Todas las cualidades del deportista se pueden mejorar (fuerza, resistencia, técnica, etc.), eso requiere un largo aprendizaje y entrenamiento. Los resultados no se obtienen de la noche a la mañana.
3. Practican siempre el juego limpio y respetan las normas, no intentan ganar haciendo trampas: fingiendo lesiones, haciendo actos prohibidos o tomando sustancias peligrosas. Ganar haciendo trampas es peor que perder, además de no ser mejor que el otro como deportista tampoco se es como persona.
4. Los buenos deportistas disfrutan en el entrenamiento y la competición, se divierten practicando su deporte. Cuando aprenden algo nuevo, cuando terminan agotados de un duro entrenamiento o cuando afrontan una competición, siempre se sienten satisfechos por el esfuerzo realizado.
5. Cuando ganan, celebran su victoria con humildad y valoran el trabajo del contrario. Por eso, el buen deportista es modesto, respeta a su contrincante y siempre sigue intentando superarse a sí mismo. Esa es la mejor recompensa que puede recibir, el orgullo de hacer lo que le gusta y hacerlo bien, no los trofeos ni el dinero.
6. Cuando pierden, no buscan excusas, felicitan al ganador y aprenden de los errores para mejorarlos en el entrenamiento y poder evitarlos la próxima vez. Debemos felicitar al ganador y no envidiar su triunfo, esta vez ha sido mejor que nosotros y eso merece nuestro respeto.
7. Respetan las decisiones arbitrales. Igual que los deportistas cometemos fallos, también el árbitro puede cometer errores. De poco sirve enfadarse ni perder los nervios durante la competición. El buen deportista es el modelo a seguir por los demás, así que debe comportarse con dignidad ante el rival y los jueces.
8. Son capaces de controlarse cuando la competición está muy tensa y en la grada no hay buen ambiente, se centran en su labor y procuran calmar al público. Es importante que un deportista tenga control de sí mismo, y que sepa al mismo tiempo esforzarse al máximo, concentrarse en su labor y no cometer acciones poco caballerosas.
9. Saben cuidarse: descansar, comer y beber adecuadamente, prevenir y curar las lesiones. El deporte no termina después de la competición ni tan siquiera después del entrenamiento. Tan importante es entrenar como descansar adecuadamente, seguir los consejos del médico ante una lesión y alimentarse sana y equilibradamente.
10. Trabajan en equipo, practicando el compañerismo por encima del lucimiento personal. Tanto en los deportes de equipo como en los individuales un deportista nunca llega solo a la meta, detrás de él están sus compañeros, entrenadores, padres y todo el mundo que forma «su equipo».
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