En
varias ciudades del mundo ya se están implementando estrategias para la
gestión del transporte de miles de personas. El uso de bicicleta ha
crecido en los últimos años, sin embargo en las zonas metropolitanas más
grandes la movilidad urbana implica recorrer distancias muy largas. Por
lo que los gobiernos deben de considerar adaptar las rutas de
transporte con rutas accesibles y bien comunicadas para los usuarios de
bicicletas.
Además, entre más se fomente el uso esta alternativa, se descongestiona el transporte público. Contribuye
a la disminución de gases dañinos para el medio ambiente y promueve
hábitos saludables. Pues en muchos países el COVID-19 llegó para hacer
aún más evidente otras epidemias como la obesidad y la diabetes.
En
México, los gobiernos locales de Guadalajara, Monterrey, Puebla y
Ciudad de México le han dado un lugar de mayor importancia al uso de la
bicicleta. Para esto se ha invertido en infraestructura: ciclovías,
espacios seguros para estacionarlas, reglamentos de circulación para
ciclistas y servicios de bicicletas subsidiadas (EcoBici)
A
finales de abril, la Organización Mundial de la Salud (OMS), recomendó
el uso de la bicicleta como uno de los principales métodos de
transporte. Además de que fomenta la distancia entre dos personas, ayuda
a cumplir con el mínimo de actividad física diaria recomendada.
Aparentemente,
usar automóvil es más seguro. Sin embargo, el uso prolongado de este
transporte privado aumenta el riesgo de padecer enfermedades crónicas.
Cada hora que las personas pasan dentro de un auto, aumenta el riesgo de
padecer obesidad en un 6%. La obesidad es además un indicador de
enfermedades coronarias y diabetes, las cuales aumentan la probabilidad
de contraer COVID-19. Y como ya sabemos, una persona con cualquiera de
estos padecimientos también aumenta la probabilidad de morir por este
nuevo coronavirus.
Este
tipo de iniciativas no pueden ser relegadas a la responsabilidad
individual de quienes son propietarios de una bicicleta o de quienes
recorren rutas relativamente cortas a sus diferentes destinos. Son los
gobiernos nacionales y locales quienes son responsables de fomentar el
uso de bicicletas y hacerlas accesibles: poniéndolas a disposición
mediante un servicio barato y de buena calidad y garantizando rutas
seguras y bien conectadas a lo largo de la ciudad.
La
pandemia del COVID-19 ha pausado muchas actividades esenciales. En los
días recientes y en muchas ciudades, estas actividades han ido retomando
su rutina con las debidas precauciones sanitarias.
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