lunes, 20 de julio de 2020

Cuidado ambiental en Imbabura

GESTIÓN AMBIENTAL PARA PROTEGER LA VIDA EN ARMONÍA CON LA NATURALEZA

·          La Prefectura desarrolló una serie de acciones que permiten la conservación de los ecosistemas estratégicos; el estudio y monitoreo de especies paragua; el fortalecimiento de las prácticas sostenibles para reducir la presión sobre la fauna silvestre en las cordilleras Oriental y Occidental; la reforestación de 250 hectáreas para la recuperación de la cobertura vegetal; la utilización de cocinas ecológicas; y, la implementación de la Agenda de Educación Ambiental.

IBARRA.- Para la Prefectura de Imbabura, la Gestión Ambiental es fundamental en el marco del desarrollo sostenible, pues permite mantener un equilibrio entre el crecimiento de la población, el progreso económico y la protección y conservación del entorno medioambiental.

Para obtener resultados efectivos, en la actual administración se puso en práctica acciones, partiendo desde la política ambiental, el ordenamiento territorial, la evaluación del impacto ambiental, la educación ambiental, la aplicación y cumplimiento de las normativas legales.

En un año de trabajo, entre mayo del 2019 – mayo de 2020, se llevaron a cabo varias actividades contando con el apoyo de los gobiernos parroquiales, entidades aliadas que tienen relación con el tema ambiental, las comunidades y población educativa, con un enfoque dirigido a alcanzar un desarrollo sostenible que preserve sobre todo aspecto, la vida.

Como parte de la gestión, en este periodo se han ejecutado proyectos que incluyen actividades y acciones que desembocan en la recuperación y conservación de ecosistemas estratégicos para asegurar el flujo de bienes y servicios ambientales en Imbabura Geoparque Mundial de la UNESCO; el estudio y monitoreo de especies paragua, como indicador del estado de conservación de los ecosistemas estratégicos y fuentes hídricas.

El fortalecimiento y ampliación de prácticas sostenibles para reducir la presión sobre la fauna silvestre en las cordilleras Oriental y Occidental de la provincia; la reforestación de 250 hectáreas para recuperación de la cobertura vegetal en los 6 cantones; la implementación de cocinas ecológicas como estrategia de eficiencia energética rural y mitigación al cambio climático; y, la implementación de la Agenda de Educación Ambiental.

Como resultado del trabajo, en total, son 155.914,98 hectáreas que están identificadas, zonificadas y en proceso de declaración como Áreas de Conservación y Uso Sustentable, ACUS.

Además, desde el 2019 se creó el Consorcio para el Manejo y Conservación del Taita Imbabura, conformado por el Gobierno Provincial de Imbabura y los gobiernos autónomos descentralizados municipales de Otavalo, Antonio Ante e Ibarra, que está orientado a la gestión del área ecológica de conservación del “Taita Imbabura”, con la finalidad de proteger el medio ambiente.

Por otro lado, hasta fines del 2019 se realizó la investigación y monitoreo de fauna silvestre en aproximadamente 30.000 hectáreas,  previstas en la planificación plurianual, distribuidas de la siguiente manera: 10.000 en la zona de Intag (Irubí, Apuela, Plaza Gutiérrez), 15000 en Sabia Esperanza, Puruhanta, San  José de Sigsipamba, 2.500 en la zona de Angochagua donde actualmente se ha registrado ataques no solo de oso andino, sino de puma y 2500 en  Pimampiro sector El Inca; en Ibarra, parte alta de Ambuquí. Para el cumplimiento del resultado se pusieron en práctica estrategias con el propósito de reducir el conflicto gente-fauna silvestre.

Mediante el Proyecto “Herencia Verde” se realizó la reforestación con sistemas agroforestales en los 6 cantones de la Imbabura, beneficiando a diferentes actores, entre ellos, unidades educativas, asociaciones agro productivas, juntas de agua y GAD parroquiales, interesados en recuperar la cobertura vegetal en su territorio.

Con el Proyecto “Implementación de Cocinas Ecológicas en la zona de Intag” se construyeron 362 cocinas o fogones de leña mejorados en 5 parroquias de Intag (Apuela, Plaza Gutiérrez, Cuellaje, García Moreno y Selva Alegre). Las cocinas reducen en un 50% el consumo de leña, coadyuvando a la conservación de los remanentes de vegetación natural, al reducir la demanda de este combustible y por ende la tasa de deforestación, además de contribuir con la reducción de la emisión de gases de efecto invernadero, mitigando así los efectos del cambio climático.

Finalmente, la Agenda de Educación Ambiental facilitó la incorporación de 90 Instituciones educativas a un proceso de sensibilización y formación ambiental, participando en eventos, talleres, programas y charlas enfocadas a este tema. Paralelamente se creó el Consejo Consultivo Local de Educación Ambiental de Imbabura (CCLEA-I) mediante el cual se promueve la coordinación interinstitucional de la educación y sensibilización ambiental en el territorio de la provincia, en los ámbitos formal, no formal e informal.

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