· Los campesinos se capacitarán sobre temas de conservación de la fauna silvestre e implementarán acciones para lograr el ordenamiento predial, el manejo sostenible del ganado, reduciendo su presencia en áreas cercanas a los bosques.
IBARRA.- Mariano Acosta y San Francisco de Sigsipamba, parroquias rurales del cantón Pimampiro, iniciaron con el Proyecto “Implementación de Prácticas Agropecuarias Sostenibles para Reducir la Presión sobre la Fauna Silvestre”. Se trata de una iniciativa que cuenta con la participación de la Prefectura de Imbabura, el Ministerio del Ambiente, los gobiernos parroquiales y las comunidades.
Para arrancar con el trabajo, las dos localidades recibieron a las autoridades de las entidades públicas comprometidas. Allí se firmaron los respectivos convenios y se oficializaron los aportes a fin de que los proyectos puedan concretarse en el plazo establecido, pero, sobre todo, para que se cumplan los objetivos trazados.
En total, 103.135 dólares se invertirán en los dos proyectos, beneficiando directamente a 40 familias y a cerca de 200 de manera indirecta. El Ministerio de Agricultura y Ganadería también fue comprometido para cooperar en esta fase, tomando en cuenta que la acción tiene componentes enfocados al cuidado de la naturaleza y la fauna, propiciando al mejor aprovechamiento de la actividad agrícola en estas zonas.
El plan consiste en crear un ambiente amigable entre las familias dedicadas al cultivo del campo y el oso andino, especie en peligro de extinción que tiene su morada en las montañas contiguas a los terrenos productivos. Para ello se ha trazado como estrategia realizar el ordenamiento predial a fin de potenciar las aptitudes del suelo y favorecer el manejo tecnificado de ganado.
Se prevé aplicar tareas dirigidas a la conservación de la biodiversidad mediante la reducción de la interacción humano/fauna silvestre, reduciendo la carga animal en las cercanías a los bosques. Con la participación de los beneficiarios se llevará a cabo la instalación de cercas eléctricas en las áreas cultivables y de rebaños.
Con estas prácticas se pretende recuperar el paisaje, considerado como uno de los principales atractivos de estas parroquias, asegurando el flujo de bienes y servicios ambientales que son claves para el equilibrio territorial.
Además, para generar destrezas y habilidades en los campesinos, se complementará la intervención implementando la capacitación en temas sobre conservación y gestión participativa para el cuidado de la fauna silvestre, presente en este territorio. Todo esto contribuirá a mejorar las condiciones de vida de las familias que han sido afectadas por los ataques del oso andino a su ganado y paralelamente se asegurará la conectividad biológica y el flujo de bienes y servicios ambientales.
En la firma de los convenios, el prefecto Pablo Jurado habló sobre el interés de la institución de generar este tipo de iniciativas, dirigidas a cuidar las especies animales en su hábitat natural, propiciando el respeto de los comuneros, a través de prácticas amigables. En igual sentido se refirieron los representantes de los ministerios de Ambiente, Agricultura y Ganadería, sumándose a esta labor el Programa de las Naciones Unidad para el Desarrollo, PNUD.
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