Aunque ya haz podido intuir cuáles son las ventajas de poner en práctica esta pirámide y de fomentar la actividad física en los niños, aquí te exponemos las más significativas:
Permite que mantengan el peso bajo control, lo que se supone que se eviten los problemas de sobrepeso.
Consigue mejorar de forma notable lo que es el sistema esquelético y muscular del menor.
Se logra que el pequeño mejore aspectos tales como la coordinación, la fuerza, la flexibilidad, el equilibrio…
Es una forma también de que los niños que no saben controlar su energía puedan tenerla “regulada”.
Reduce los riesgos de que el menor pueda sufrir, por ejemplo, enfermedades de tipo cardiovascular o bien degenerativas.
Se le enseña, además, un hábito saludable que será estupendo para toda su vida.
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