Cada 15 de noviembre se celebra el Día del Trabajador Cementero, una fecha para resaltar el trabajo de quienes se dedican a esta actividad clave para el crecimiento y desarrollo del país reflejado en el sector de la construcción.
La construcción incide de forma positiva en la economía, ha llegado a significar hasta un 10% del Producto Interno Bruto. Se estima que genera directamente alrededor de 500.000 plazas de trabajo; e indirectamente, cerca de 1,3 millones adicionales, relacionadas a la fabricación, distribución y comercialización de bienes y servicios.
A inicios del 2020, el panorama para la construcción era similar al del 2019, con ligeros signos de recuperación, sin embargo la crisis sanitaria a escala mundial, causada por la pandemia del Covid-19, modificó los escenarios. Ahora, este sector golpeado por la crisis, no solo sanitaria sino económica, busca reactivarse.
“La industria de la construcción es uno de los sectores más importantes y dinámicos en la economía de un país y tiene una influencia indiscutible en el desarrollo social. Además de contribuir con la creación de infraestructura básica para la sociedad, lo hace con la creación de un importante número de plazas de trabajo y su correspondiente efecto multiplicador de corto y mediano plazo en la cadena productiva”, comentó David Montenegro, Director Comercial de UNACEM Ecuador.
Valores fundamentales del servicio
La labor que ejerce el trabajador cementero se enmarca en la búsqueda de la reactivación económica mediante la oferta de productos y servicios ajustados a las necesidades del constructor, con los más altos estándares de calidad y gestión ambiental.
“Estamos comprometidos con este nuevo reto, que implica innovación, valor que hace que el trabajador cementero se convierta en un referente de servicio para el desarrollo del país”, agregó Montenegro.
Aporte a la construcción sostenible
La labor que realiza el trabajador cementero se basa en el compromiso con un sector de la construcción en franco desarrollo y las futuras generaciones. El profesional de la industria del cemento está pendiente de velar por el cumplimiento de todas las buenas prácticas industriales, bajos los principios de la sostenibilidad, comenzando con la selección responsable de las materias primas, que son la base sobre la que se sustenta todo el sistema, y el buen uso de la energía y otros recursos naturales.
El apego a altos estándares ambientales, de producción y comercialización, sumados a procesos con enfoque en la mejora contínua garantizan ofrecer un producto ecuatoriano de calidad, que satisfaga las necesidades cada vez más específicas del mercado, de allí que la diversificación de los productos de la familia Selvalegre es la evidencia de todo este responsable y buen desarrollo industrial durante cuatro décadas al servicio de la comunidad.
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