miércoles, 28 de diciembre de 2016

EL AGUA DE RIEGO LLEGA A 50 HECTÁREAS PRODUCTIVAS EN COMUNIDADES DE CHUGÁ

·         Gracias a la implementación del sistema de riego Páramo de Mainas - Guagalá se potencializa el cultivo de tomate de árbol, tomate riñón, papas, arveja, maíz, granadilla, cítricos, aguacate, taxo y uvilla.
 
IBARRA.- La emoción de los habitantes de la comunidad Guagalá, ubicada en la parroquia Chugá, cantón Pimampiro, se desbordó hasta el punto de llegar a las lágrimas. No era para menos, después de 14 años de trabajo y esfuerzo se hizo realidad la construcción de la infraestructura del sistema de conducción del Proyecto de Riego Páramo de Mainas – Guagalá, que cubre 50 hectáreas de tierras.
 
La Prefectura de Imbabura logró este propósito, mediante una inversión de 126.288 dólares. Pero, lo más importante en esta tarea fue la participación activa de los pobladores, pues ellos organizaron grupos de trabajo permanentes para apoyar a los constructores en la instalación de los 7 kilómetros de tubería en dos tramos para conducir por este medio el agua desde la vertiente del páramo hasta la parte baja en donde se encuentran los terrenos.  
 
DURO TRABAJO
Danilo Benavidez, presidente del cabildo de Guagalá, con notable satisfacción, dijo que lo imposible se hizo realidad. Recordó que fueron años duros los que tuvieron que soportar los campesinos, desde que se propusieron traer el líquido vital hasta sus cultivos. “Organizamos mingas para trazar el camino por donde llevar la tubería. Hombres y mujeres trabajamos en medio de la lluvia, enterrados en el lodo, con la esperanza de avanzar con este proyecto”.
 
Gracias a la administración actual de la Prefectura se ha logrado consolidar lo que antes era solo una aspiración, sostuvo el dirigente, en un sentido discurso que despertó la alegría de sus vecinos. Hoy, dijo, tenemos agua suficiente para regar nuestros terrenos, para hacerlos producir mejor y así garantizar ingresos económicos justos.
 
Albina Obando, otra de las mujeres de la localidad, también agradeció por la ayuda recibida del organismo provincial. Sin embargo, manifestó que la lucha de las 150 familias residentes aquí no es quedarse solamente con esta obra. “Aspiramos contar con una red secundaria que nos permita emprender proyectos agroecológicos atrayentes para los turistas”.
 
GRAN BENEFICIO
En el acto de inauguración, el prefecto Pablo Jurado afirmó que este proyecto es un ejemplo de esfuerzo conjunto, en el cual se ha demostrado que lo imposible se puede hacer realidad con mucha voluntad. “La inversión económica no es importante. En este caso, lo trascendente es que se ha hecho posible una obra que beneficia a toda una comunidad campesina dedicada exclusivamente a hacer producir alimentos en sus tierras para abastecer los mercados”.
 
Recalcó que hay mucho por hacer todavía en estos pueblos olvidados, pero no dejó de reconocer que cuando hay interés y la participación de los beneficiarios en los proyectos que son para su propio bien es más fácil canalizar la inversión y los resultados son más efectivos.  “En esta comunidad se puso empeño en una meta y se la consiguió gracias al trabajo de todos”.
 

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