lunes, 27 de octubre de 2014

El indorfútbol femenino en Ibarra y sus 30 años de historia




La mujer desde siempre ha desempeñado trabajos en igualdad a los varones y para ellas nada es un obstáculo.
Ibarra. La mujer ha mostrado a lo largo de la historia de la humanidad que puede realizar las mismas actividades que el hombre. En algunas, ellas sacan ventaja, en otras tratan de emular al género masculino.


Hace 30 años, cuando un grupo de mujeres inquietas y con buen gusto por el balón se juntaron en varios equipos, se despertaron muchas inquietudes y expectativas. Algunos varones no lo podían creer; pegarle con clase a la pelota de trapo y pisar con fuerza la cancha de cemento para un encuentro de indorfútbol, parecía ser solo cosa de varones.
Se recuerda con nostalgia los campeonatos abiertos de indorfútbol, organizados por la Asociación de Profesores del Instituto Rosales La Salle, encabezados por el docente Pedro Troya y con la anuencia del hermano Efraín Ortega.
Y así aparecieron en escena equipos como ‘Plancha y Macho’, que representaba al gremio de zapateros con el inquieto Carlos Salazar (+).
De a poco se fueron sumando equipos como ‘Lady Rampla’, ‘Las Magníficas’, ‘Unión Spórting’, ‘Piel Canela’, ‘Ciudad Blanca’, ‘Las Chinitas’, ‘The Crash’, ‘Sacachispas’, ‘Las Mosqueteras’, entre otros equipos que aparecieron en la palestra del deporte en la apacible ‘Ciudad Blanca del Ecuador’.
“Yo nací en Quito pero me crié en Durán con 11 primos varones y jugaba a todas las cosas de ellos”, relata Zoila Mendoza, quien en su puesto de copias y emplasticado de documentos, ubicado en el interior de la antigua oficina de correos de Imbabura, en las afueras de la Intendencia de Policía, recuerda con nostalgia mientras se le llenan sus ojos de lágrimas de emoción.
“Como en la costa se juega en las calles, en los parques y canchas, ese gusto se me pegó a mí”, confiesa Zoila ,quien espera que su sobrina siga sus pasos.
También recuerda a sus compañeras de juegos, con quienes compartían partidos muy emocionantes, que se jugaban en horas de la noche, en las canchas de La Salle. “Los hombres iban a vernos jugar. Nuestro entrenador era Luís Aulestia, y nuestro dirigente Eduardo Salazar. Fueron momentos de gratos recuerdos que me permitieron hacer muchas amigas y amigos”.
Mientras continúa con su relato, recuerda que se vendaban los pies, y con los zapatos marca ‘Venus’ o ‘Converse’, sacaban tiros fuertes y potentes que hacían a las arqueras quejarse del dolor.
Las pioneras
Hay una larga lista de mujeres que hicieron del indorfútbol parte de sus vidas: Consuelo Farinango, Yolanda Salvatierra, Amparo Peña, Rosita Montenegro, Esperanza Almeida, Mónica Boada, Yolanda Morán, Amada Coral, Hipatía Morales, Viviana Páez Montenegro, Mitilena Rosero, Graciela Mantilla, Lucy Vinueza, Teresa Venegas, Carmita Delgado, Blanca Bravo, Mariana Peláez, Mercedes Ipiales, Alexandra y Ximena Lima, entre otras.
Los torneos
Fueron muchos partidos vibrantes los que se jugaron en la época. Pero se recuerda como a clásicos a los enfrentamientos entre Lady Rampla vs. Las Magníficas, en la cancha de cemento de La Salle, lo que les valió ser  seleccionadas a torneos nacionales. “En 1982 fuimos a un Campeonato Nacional a Machala en donde fuimos protagonistas”, añade Zoila.
En 1985 se proclamaron campeonas del torneo de indorfútbol en La Salle.
La nueva generación
Las canchas de Pilanquí son ahora el escenario habitual para los torneos femeninos, así como en la Bola Amarilla, en donde ellas también demuestran sus dotes con el balón.
El pedido
“Nosotras sudábamos la camiseta, ahora las chicas primero piden uniformes y dinero para jugar y de eso tienen la culpa algunos dirigentes que arman los equipos solo para ganar. No hay la promoción de nuevas figuras y alguien debería retomar con la organización de torneos como los que se hicieron en la Salle”, finalizó Mendoza.
El dirigente
Eduardo Salazar, dirigente del deporte barrial, con su club ‘Unión Sporting’ fue uno de los promotores de la actividad de la pelota chica en Ibarra.
Salazar señala que el deporte barrial se ha preocupado de hombres, mujeres y niños, para que estén inmersos en la actividad deportiva y recreativa. “Recuerdo que los profesores de La Salle fueron los que incentivaron con la organización de los campeonato de indorfútbol. Se crearon clubes, pero no de la forma organizada, como ahora  en  cada liga barrial. Se formaron equipos por afinidad, en los barrios, y ahora tienen oportunidades durante todo el año con diferentes torneos”.
Recalca que falta el apoyo para que las chicas tengan su entrenador. “También los incentivos económicos para que puedan ser parte del fútbol profesional, porque condiciones si tienen nuestras jugadoras”.
El técnico
Luís Aulestia, exjugador de las selecciones amateur de Imbabura y quien actuó en el club deportivo El Nacional, fue el director técnico en varios torneos nacionales con el conjunto imbabureño, y recuerda las grandes actuaciones. “El equipo Lady Rampla fue uno de los grandes exponentes del indorfútbol femenino, el cual representó a Imbabura y alcanzó el bicampeonato en los años 80, en torneos jugados en el coliseo Luís Leoro Franco. Aulestia recuerda que por el nivel de juego exhibido por Viviana Montenegro, Mónica Boada y Consuelo Farinango, fueron pretendidas por el equipo de Universidad Católica de Quito, pero la transferencia no se concretó.
Otra de las figuras del ayer
Mónica Boada, ex integrante del equipo Lady Rampla, conjunto que se conformó en el sector del antiguo Hospital San Vicente de Paúl, en las calles Juan Montalvo y Colon, recuerda que recogiendo a las chicas del sector se armó el equipo, participando en los campeonatos del Instituto La Salle. “Sin instructor en  el comienzo, pero teníamos una estrella en el fútbol: Viviana Páez Montenegro, quien tenía grandes cualidades técnicas. Con mi esposo, Mario Moreno Lima, que era nuestro dirigente, tuvimos una gran historia siendo campeonas de Imbabura y en dos ocasiones bicampeonas nacionales”.
Añade que el director técnico era Luís Aulestia. “Sin ganar un solo centavo, solo por amor y gusto por el deporte. La gente siempre recuerda el buen juego de Lady Rampla. Ahora no vemos el nivel técnico que exhibíamos en nuestro tiempo, hace pocos nos reunimos con las integrantes del equipo en donde se proyectaron videos y fotografías. Está en nuestras manos como educadores físicos promover el indorfútbol y el fútbol desde las categorías menores”.
Finaliza acotando que falta organización, ya que solo hay torneos relámpagos. “Debemos hacer conciencia y trabajar para que el indorfútbol vuelva a ser lo que fue”.
Pie de foto1.
Añoranzas. Con nostalgia recuerdan las épocas doradas del indorfútbol femenino en Imbabura.
Equipos. Era común ver a las mujeres luciendo sus uniformes deportivos.

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